¡Hola! Después de unos
días sin subir nada, aquí estoy de nuevo. Hace unos días en clase de latín,
el profesor nos explicó el origen etimológico de la palabra "puerta".
No me refiero a la puerta que tenemos todos en nuestra casa, sino a la puerta
que estaba en la entrada de las ciudades. No es complicado, en latín, a esta
puerta se le llamaba "porta". (En cambio, la puerta de una casa o
cualquier otro edificio se conocía como "ostium").
Pero… ¿Qué significa exactamente “porta” en latín?
Pues bien, es sabido que
los griegos construían sus templos sagrados a las afueras de la ciudad,
normalmente en un punto alto que diera a la ciudad (Ej. la acrópolis de
Atenas). Eso era porque los griegos consideraban que el mundo de los dioses, el
Olimpo (en griego Όλυμπος), debía estar alejado y completamente separado de la vida mortal y
mundana. Sin embargo, más tarde los romanos comienzan a hacer los templos
dentro de la ciudad, pues quieren estar cerca de los dioses para rendirles
culto y sobre todo porque la arquitectura de los templos comienza a ser
monumental, ya que sirve como propaganda del emperador y su poder. Así pues,
cuando se construía una nueva ciudad, se marca el terreno con un arado, y se va
haciendo la forma que tendrá la ciudad (que se rodeará con una muralla). El
arado no se levanta hasta que llega a la parte en la que estará la puerta. Eso es, “porta” vendría a significar: “donde se levanta el arado”. La ciudad debía
ser un lugar sagrado en el que las divinidades pudieran habitar, por lo que la
puerta separa a la vez el lugar sagrado (la ciudad) del profano (todo lo que
está fuera de la ciudad).
Plutarco decía: «Los romanos
consideran sagrado todo el muro, a excepción de las puertas, ya que si se
reputasen a estas como sagradas resultaría un sacrilegio el hacer pasar por
ellas muchas cosas necesariamente impuras.»
Espero que hayáis
disfrutado de esta curiosidad como hice yo, nos leemos pronto.
Claudia